Una nueva aventura
Con miedo, con vergüenza, con bastante ilusión y con un poco de esa inocencia de las primeras veces, os tengo que contar una cosa...
“Un viaje, como un amor, empieza con un deseo” *
Me da bastante vergüenza escribir esta newsletter, después de que hace meses que volvimos a Madrid y de que he desperdiciado este canal de comunicación durante el viaje en el que podía haberos contado mil y una aventuras.
En realidad, no, porque en general se nos ha dado bien y hemos tenido la grandísima suerte de volver a casa sin que nos haya pasado nada. “Pues, ¡qué aburrido!, ¿no?” Nada digno de lamentar, me explico. Aventuras, muchas pero todas de esas que cuando las quieres contar es: “¿Qué tal? Pues, todo bien”. Probablemente, porque hay tanto y tan bueno que no sabes por dónde empezar y te quedas en el “todo bien”. Porque se necesita de mucho contexto y muchas ganas para entender cuando todo un teatro porteño se rió a carcajadas de Lola por asegurar que un personaje había “tirado de la cadena” o cuando a Jesús casi le dejan en el aeropuerto de Manila o cuando casi nos ahogamos pero vimos una tortuga marina enorme.
Podía haber aprovechado esta carta estos meses para daros ese contexto y haceros reír un poco o sorprenderos un poco más o compadeceros de nuestras penurias monzónicas o de cómo teníamos que estirar el dinero al máximo para llegar a todo (bajo el lema: mejor canguros y bocadillos que no canguros y restaurantes). Pero no lo hice y se me hizo bola. Así de simple.
¿Sabes qué me consumía el tiempo sobre todo? Preparar. Planificar a corto, medio y largo plazo me llevaba muchísimas horas, nocturnas en su mayoría. Encontrar la información, filtrarla, buscar el proveedor necesario, repensar el itinerario, ajustar el precio al máximo para hacer lo que queremos y seguir adelante… Aviones, autobuses, taxis, trenes… Hoteles, albergues, pisos… Instalar aplicaciones, probar, desinstalar, probar otra… Y así muchas veces, varias por cada país.
Pero me flipa. Planificar, buscar, filtrar… Ver sus caras de emoción cuando llegan sin problemas a ese sitio que les has preparado…
La primera vez que lo sentí fue cuando conseguimos cuadrar el círculo que supone de precio y esfuerzo llegar a Machu Picchu. Con la pandemia, han cambiado mucho las reglas de las visitas y hay poca información actualizada, mucha confusa y otra tanta mezclada con experiencias personales de donde cuesta separar el grano de la paja. Ahí decidí que a la vuelta, mi aventura sería esa: encontrar la manera de ayudar a que otros alcanzasen maravillas como esta con menos esfuerzo y menos tiempo dedicado.
Fuimos a Machu Picchu en septiembre de 2022… Desde ahí, llevo dándole vueltas a esta historia.
¿Qué voy a hacer? Voy a hacer asesorías digitales de viajes. Explicado en breve, escribiré tu guía personalizada para tí del destino que quieras y para el grupo humano que te acompañe. Desde los básicos hasta todo lo que te quieras complicar. Lo único que no puedo hacer por tí es reservar las cosas pero te acompaño en el proceso 101%.
Toda la plataforma a través de la que la voy a hacer está aún en construcción, voy leeeeenta como mi tortuga filipina. Porque tengo muchos miedos, porque me acosan las dudas y porque, por supuesto, tengo un grandísimo síndrome de la impostora que me dice todo el rato que “quién me he creído yo para pensar en montar el viaje de otros y otras” Que ya le digo yo a mi voz petarda que se ponga ella a preparar una vuelta al mundo, pero aún así no se calla.
Así que he pensado que, como aquí estamos casi en familia, quizá podéis echarme una mano. Sin compromiso, ¿eh? que este es mi business y me tengo que buscar la vida. Pero me encantaría que me contestárais es esta encuesta ultrabreve para recoger vuestra opinión al respecto de este lío que estoy montando.
Cuando lo hayas completado, recibirás un regalito por ser la más maja/majo del mundo entero. Y si quieres seguirme en IG, pues así vas viendo el proceso.
Muchos me han preguntado si no voy a escribir un libro, un blog o yoquesé… Pero no. Porque el siguiente viaje, ese que quieres preparar pensando en mi experiencia, ya no va de mí sino de tí, de ese primer deseo que alimenta que busques un destino, que mires unas fotos, que sueñes un poco primero y más fuerte después. Y mi experiencia no puede quedarse inmóvil en un libro, es mejor que te acompañe.
Venga, respóndeme y charlamos. Gracias por llegar hasta aquí y nos leemos muy pronto