Ojalá lo único que me quedara por hacer en este momento fuera cerrar la puerta de mi casa con tranquilidad. Ni de coña. Si miro a mi espalda, hay carretadas de cosas por hacer. Pero, ahora mismo, tengo ese momento de nervios paralizantes. No se por dónde empezar ni por dónde seguir. Así que escribo y empiezo algo: esta newsletter.
De momento, los que recibáis esta cartita en vuestro mail estoy segura de que nos conocéis de sobra. Así que sabéis que no somos especialmente fotogénicos :p
Jesús, Lola, Guille y yo, Noe. La familia que ha decidido dejarlo todo y lanzarse a la aventura de dar la vuelta al mundo. He contado mil veces porqué nos vamos pero, como estoy nerviosa y de momento, estamos en familia, lo repito para quien llegue y no lo sepa.
Nuestra Historia
Viajar sin billete de vuelta es uno de mis sueños desde la adolescencia. Siempre estoy pensando en nuevos destinos. Empecé “tarde” a viajar, tenía 14 años la primera vez que salí de mi casa al aeropuerto y en general, la vida me ha acompañado poco en este sueño. Ni Erasmus ni Interrail, espinitas que se me quedaron de aquella época universitaria. Me lo pasé muy bien, eso sí, pero dentro de nuestras fronteras españolas.
Tuvieron que llegar el periodismo (mi profesión y vocación) y la independencia económica para que esto se moviera. Empezamos por París, Berlín, Dublín, Cardiff, Praga… Cuando entré en Cinco Días, el periódico económico donde trabajé 12 años, llegó el verdadero sueño. Al mes de entrar, estaba en Chicago. Y durante los siguientes 6 años, me apunté a todos los viajes de trabajo que podía: China, EEUU, Omán, Marruecos, Argelia, India y muchos países europeos. Fui muy muy feliz.
Chicago 2006: calidad fotográfica 100%. Que casi mejor, porque los estilismos son para verlos.
Cuando volví de ese primer viaje a Chicago, Jesús y yo empezamos juntos. Un día, le pregunté: “¿te vendrías conmigo a dar la vuelta al mundo? Podríamos currar por ahí para ganar dinero y seguir viajando” Y me dijo que sí… Para mi, un sí más definitivo que el de la iglesia o el de la hipoteca. Pero tuvo que ser que no.
No pudimos irnos sin vuelta, pasaron cosas, pero la mochila la cargamos un montón de veces. Quietos ya no nos podíamos quedar. A mi ya no me dejaban en tierra. India, Japón, Cuba, Irlanda sin niños. Al año de nacer Guille, hicimos el único crucero de nuestra vida al mar del Norte. Con siete años, Lola había cogido más de 15 vuelos en su vida (es una experta, la tía, no ha tenido miedo jamás), que no es un récord pero sin duda, es un indicativo.
No se si es bueno indagar en el archivo fotográfico. El crucero, 2012.
La pandemia nos paró, como a todos. Recuperamos Málaga y su paz pero había que seguir explorando. Pero, dado el currículum, ¿qué ha pasado para que ya no nos conformemos con las vacaciones?
¿Por qué dejarlo todo?
Porque el camino de miguitas de pan nos ha llevado hasta aquí. Mis hijos se quedaron sin abuelos, había menos familia que cuidar. Cambié de trabajo en 2018, dejé de viajar y además, fue un infierno (por otras cosas) La pandemia nos encerró sin horizonte.
Cuando todo empezó a abrir, nos vacunamos, me hice dos tatuajes, vendimos la casa de mis padres, quisimos comprar una para nosotros y la operación no salió. Todo esto en 15 días. Y toqué fondo (de nuevo) en mi trabajo. No podía seguir así.
Un día de mierda, después de un viaje de trabajo de mierda, estaba contándole miserias del curro a Jesús como siempre y me dijo: “mira, basta ya. Si dejas tu trabajo, nos vamos a dar la vuelta al mundo” …
Y hasta hoy…
Y aquí estoy, paralizada contándoos mi historia, nuestra historia cuando tendría que estar haciendo mochilas. Sirva de arranque pero no de ejemplo de lo que encontraréis aquí.
¿Qué vais a encontrar?
Su poquito de “querido diario”, eso sí, nuestras experiencias en los destinos. Y la experiencia de Guille y Lola, que es más enriquecedora que la de los adultos
Los NO TE LO PIERDAS: lo que nos ha encantado en cada sitio
El VIAJE PARA NIÑOS: cómo hacemos para disfrutar los cuatro
Las RUTAS chulas
Los NI DE COÑA: eso que nadie cuenta, lo que no se nos ha dado bien, lo que no repetiríamos.
Los TIMOS AL TURI: eso que pagas porque no te queda más remedio pero que eres consciente de que te están sablando. Todos los viajes tienen días así, monumentos sobrevalorados, tickets carísimos que incluyen lo importante y mil basurillas que no aportan pero cuestan, rutas que acaban en la tienda de souvenirs…
Los TRUQUITOS: pistas, consejos, recomendaciones, lecturas y esas cosas que ayudan en un bonito viaje.
Y lo que se nos vaya ocurriendo
Y muchas fotos.
Así que ¡quédate! Acompáñanos en esta aventura. Prometo poner gifs, memes y cosas diver en cuanto aprenda. Y si quieres dejarnos un comentario, os lo agradecemos un montón, que nos hace mucha compañía.
Sois muy valientes! La envidia que me dais..disfrutad muchisimo ( ya veo que de momento así es), aquí estamos enganchados a vuestra experiencia. Un beso.
Os seguiré allá donde vayáis! Qué gran aventura! Y anotaremos consejos!