Tengo una casa en Buenos Aires
Los mejores consejos para no liarla al elegir un alojamiento mientras nos abrimos al intercambio de casas con HomeExchange
Tengo una casa en Buenos Aires, en el barrio de San Telmo. Enfrente, ponen un café delicioso. El quiosquero de la esquina es tan borde como han de ser los quiosqueros, pero es un anciano medio ciego y me da ternura, él y los carteles reivindicativos que cuelga. En el restaurante de la esquina, están las mejores medialunas que he probado hasta hoy y la camarera, amiga de una amiga, me dio un abrazo al conocerme y llama “lindos” a mis hijos. Hay un subte a dos cuadras, la plaza de Mayo y Puerto Madero están al lado, el barrio es tranquilo, con Rastro y tango los domingos y mi casa tiene una luz suave y cálida. El techo es altísimo, mi cama es enorme, hay calefacción y libros y en la cocina, hay una mesa de comedor que sabe a familia, a lectura y a infusiones en silencio.
No es mía, obvio, es un alquiler. En mi casa, el silencio es un bien escaso, las ventanas dan a un patio interior, a la cocina le faltan enseres y la calefacción es de llama, con lo que no se pueden cerrar las cortinas para oscurecer el dormitorio. No es perfecto, nada lo es pero me siento en mi casa. Todos nos sentimos en casa.
En estos 100 días que llevamos de viaje, me he dado cuenta de lo que significa estar en casa. En general, para estar confortable en un alojamiento, bastan unos mínimos: que esté limpio, que el baño funcione y tenga agua caliente y que las camas no torturen la espalda (el listón lo ponen mis años crecientes). ¡Ah! Y que tenga wifi gratis.
No pido mucho. Me he sentido bien en un motel cutre de San Francisco (que algún mínimo no lo cumplía 100%) porque tenía un microondas para hacernos la cena. Me sentía extraña en un hotel inmenso en Las Vegas, que lo tenía todo (incluso un parque acuático y uno de atracciones). Feliz, aunque devorada por los mosquitos, en una cabaña en la selva a orillas de la laguna Bacalar. Asqueada en un hostel en Santiago de Chile y en otro en Arequipa (Perú) También ha habido pisos que no me gustaban mucho, como el de Cuzco y otros que un montón, como el de Ciudad de México, aunque el primero era mucho más grande que el segundo. El mejor, sin duda, el de ahora, porque además hemos sentido que le necesitábamos. Estábamos deseando conocernos. Porque estar en casa es más que estar confortable.
Ahora, que preparo el salto a un nuevo continente, he decidido probar nuevas experiencias que antes había descartado prácticamente. Y una de ellas es el intercambio de casas con HOMEEXCHANGE. Lo conozco hace mucho porque mi amiga Sonia lo utiliza con los mejores resultados del mundo (y vive en un pueblo pequeño en Donosti) pero no lo había tenido en el radar en un principio porque hemos alquilado nuestra casa de Madrid y no teníamos nada que intercambiar. Sin embargo, casi al inicio de nuestra aventura, ellos nos contactaron a nosotros gracias a una conocida encantadora de hace muchos años.
Después de tantas semanas viajando, llegar a casa ha sido de lo que más he agradecido así que he pensado que puedo probar este sistema, en el que no voy a un piso preparado para alquilar sino al hogar de alguien, con sus trastos, sus cacharros, sus libros, sus juegos y sus curiosidades.
DUDA 1: ¿Y cómo?, preguntaréis- ¿si tienes alquilada tu casa? Porque la gente maja de HomeExchange me ha regalado unos GuestPoints para que lo pruebe y os cuente que tal. Vamos a hacer una colaboración.
DUDA 2: ¿Puntos? ¿Pero esto no va de cambiar una casa por otra como en la peli de Kate y Cameron? Si y no. HomeExchange funciona así por intercambio directo 1:1, una casa por otra, pero no solo. También puedes acumular puntos cediendo tu casa en distintos periodos y canjearlos en otros hogares diferentes o en tiempos diferentes. Los GuestPoints son el agradecimiento de los huéspedes por ir a tu casa, pero tú no a la suya.
Ejemplo: mi amiga Sonia (perdona por utilizarte, amiga, pero eres mi caso real) estuvo en Aranjuez el verano pasado mientras en su casa estaban unos franceses que le habían cedido la casa a los madrileños. Los madrileños en Lyon, los lyonenses en Donosti y los vasquitos-friends viendo Puy de Fouy y dando paseos por Cibeles con nosotros. Pero también puede ser que tú estés en el pueblo de tu madre y tu casa, cedida. Así, acumulas estos puntos.
DUDA 3. ¿Pero y cuánto cuesta? Nada, esa es la gracia. Son intercambios sin ánimo de lucro. Solo se paga una tarifa plana de 149 euros al año a HomeExchange a partir del primer intercambio registrado. Con eso, puedes hacer todos los intercambios que quieras. El registro y la creación de la cuenta, los contactos con los miembros son gratis hasta que registras este primer cambio.
DUDA 4. ¿Y es seguro? Precisamente por ser sin ánimo de lucro, es muy seguro. Es decir, no prestas tu casa a cualquiera. Pero tú sabes que la familia que irá a tu hogar también tiene su casa en la plataforma. Nadie va a hacer en tu casa lo que no quieran que les hagan a ellos. La confianza mutua es la clave y así, funciona con miles de usuarios.
De todos modos, y por si las moscas, HomeExchange dispone de unas garantías de cancelación y daño por si ocurre lo que nadie quiere.
DUDA 5. ¿Cómo se hace? Pues esto lo vamos a ir haciendo juntos, porque yo también soy novatilla. Lo primero es crear el perfil, con fotos y detalles, tal y como me gustaría ver a mi el de otros. Este es el nuestro
Con el registro, ya te regalan 1250 GuestPoints, para que no vayas de nuevas. Os seguiré contando mi experiencia. Aquí tenéis el enlace para que os hagáis amigos de mi parte, que nos dan puntos a tí y a mí.
Pero además, como en estos 100 días de viaje, ya voy cogiendo callo con las páginas de reserva de alojamientos más tradicionales y con contraprestación económica, os voy a compartir mis trucos para dar con el espacio perfecto (que en España tenéis unos puentes muy ricos por delante ¡y las navidades!) Siempre te puedes equivocar, pero si tienes cierta maña, alguna evitas:
1. El primer consejo es PACIENCIA: para encontrar tesoros, hay que dedicar un rato a la búsqueda. Yo echo horas y horas en planificar cada movimiento. Lento se piensa mejor. (Y dirás: qué rollo. Pero es que yo ya viajo, preparando el viaje)
2. ELIGE BIEN LA PLATAFORMA PARA BUSCAR: La primera pregunta que tienes que hacerte es qué tipo de alojamiento necesitas. ¿Un hotel? ¿Un piso? ¿Una casa rural? ¿Un alquiler a largo plazo? ¿Varias estancias cortas? Esto va a determinar la plataforma en la que tienes que buscar porque hay muchas y algunas, especializadas en el producto que estás buscando. No descartes echar un vistazo a los comparadores: agrupan los precios de distintas plataformas y a veces, es interesante cambiar de la más conocida a otra menos nombrada.
3. CONSULTA VARIAS (PERO CUIDADO CON EL PRECIO): los costes ocultos son la “letra pequeña” de los comparadores y plataformas. Hay muchas que atraen por un coste más bajo del alojamiento, pero pasa como con los vuelos low cost: luego hay que sumar tasas, impuestos o el plus de la limpieza. Suma bien todos los costes antes de decidir.
4. VALORA LA UBICACIÓN: muchas veces, al elegir un sitio, me abro el mapa de la ciudad y veo la distancia al centro. No vale de nada estar en un sitio superbarato si vas a invertir más (tiempo/dinero) en moverte a los lugares correctos. O quizá si, porque el transporte público es muy bueno en esa ciudad.
Otro truco que utilizo es googlear “los mejores barrios de XXXX para vivir”. A veces, el centro es muy turístico pero peligroso de noche o no tienes nada tipo supermercados o farmacias cerca, lo que puede ser un rollo dependiendo de dónde estés.
Aquí, en el medio está la virtud. Cuanto más céntrico, más caro, pero también puede ser más cómodo. O no, y te conviene más un barrio bien comunicado de transporte o más residencial con parques y tiendas.
5. LAS FOTOS (OJO SI NO HAY DEL BAÑO): cuando estés buscando tu sitio, ojo con las fotos. Es lo más engañoso de todo. Nosotros hemos estado en un espacio horroroso en Santiago de Chile que tenía unas fotos maravillosas. Siempre te puedes equivocar, pero te evitas sustos si te aseguras de que hay fotos de todos los espacios (las camas, el baño, la cocina en su caso) OJO a las imágenes de escorzo, a los ángulos raros o si salen repetidas. OJO si se ven más fotos de paisajes que del piso.
Si ves algo chungo en una, HUYE porque en la vida real será mucho peor. Yo no lo hice en un hostel en Arequipa porque me cegó el precio y tuvimos que salir corriendo.
6. LOS COMENTARIOS:
Aquí hay que saber leer entre líneas. Igual que os decía que no os fieis de las fotos si el ángulo en que está hecha es raro, si solo se ven sillas o paisajes, aquí hay que fijarse en si lo único que se comenta es que el anfitrión es muy majo o que la ubicación es buena. Suele ser indicativo de que el sitio es malo, está sucio o descuidado peeeero al menos está en el centro. A mucha gente no le gusta dejar un mal comentario y escriben algo superficial para no mojarse cuando lo ideal sería tomarse un rato para dejar algo útil para los que vienen detrás.
Revisa con cuidado los que hablan de la limpieza, del ruido y del desayuno. Son los que te van a dar más pistas sobre el cuidado del lugar.
No tomes en cuenta aquellos en los que claramente se ve que tuvo un problema puntual y hubo bronca. Se dejan con inquina y no aportan información.
Anota (mentalmente) los mensajes más repetidos o lo que te genere dudas: igual puedes formular tus preguntas al propietario al respecto antes de reservar.
7. CONTACTA DIRECTAMENTE AL ALOJAMIENTO/PROPIETARIO:
· En (muchas) ocasiones, es más barato reservar directamente en la página del hotel que en la plataforma o encuentras ofertas de amenities o desayunos. Por probar, no pierdes nada.
· ¿Y cómo localizarlo si no tienen página web propia? Porque (obviamente) en la plataforma no te dan el contacto hasta que no has reservado.
· La clave, GOOGLE MAPS y el NOMBRE DEL ALOJAMIENTO. Con la localización aproximada que dan los mapas de las plataformas y el nombre del sitio (si es un profesional), se suelen encontrar.
· A veces, no ponen datos de contacto en la ubicación de Maps pero entonces, San GOOGLE te lo encuentra a través de otros agregadores de alojamientos, webs como Páginas Amarillas o servicios de la zona.
· La última opción es mandar un mensaje directo al propietario por la plataforma ofreciéndole un contacto por fuera. A veces se puede y a veces, no. A veces, cuela y a veces, no. Pero siempre partes con el NO.
8. CANCELACIÓN GRATUITA (CUIDADO CON EL PAGO POR ADELANTADO):
En reservas de estancias largas, es más difícil que cambies de opinión, pero para viajes cortos, es un imprescindible. Hay plataformas muy estrictas con sus políticas de cancelación y, dado que ahora hay muchas que ofrecen tanto hoteles como casas rurales como pisos de alquiler para corta estancia, no merece la pena comprometerse tanto. Nosotros hemos perdido días de alojamiento porque en una plataforma no podíamos modificar las fechas de la reserva mientras que en otra nunca tenemos problema.
Si contactas directamente con el sitio, pregunta sobre las condiciones de reserva.
Siempre que hemos PAGADO POR ADELANTADO, hemos tenido problemas con el alojamiento en cuestión o con las fechas de la reserva. Si puedes, evítalo.
9. DEJA COMENTARIOS REALES, ÚTILES Y OBJETIVOS: los comentarios son como las miguitas de pan, nos permiten a los demás viajeros seguir el rastro de lo bueno y evitar lo que no va a funcionar. Deja tu opinión, pero se lo más objetiva posible. Es difícil, lo sabemos, pero que haya fiestas populares debajo de tu ventana justo ese fin de semana no es culpa del hotel. Valora la limpieza, el trato, la ubicación pensando justo en eso, en que igual tenemos que volver.
Si conocéis más trucos, dejádmelos en comentarios, por favor, que tengo mucho que aprender. Y si queréis ver cómo comento yo, este es mi perfil en Google. No lo puntúo todo, me volvería loca, ni hago relatos muy largos, pero me sirve. Estoy haciéndolo crecer además.
Os seguiré contando cómo va la cosa, ahora mucho más a menudo porque tengo un sitio y algo más de tiempo para escribir. Eso también es estar en casa.
Genial, muchas gracias por esos "truquis", seguid disfrutando mucho. Yo disfruto con la lectura de tus posts 😊