¿Cómo elegir un destino de viaje?
Claves para definir un destino fácil o difícil que no tienen que ver con el presupuesto. Y cómo nuestro primer intercambio con HomeExchange nos ha curado de males.
Amigos, os escribo desde El Cairo en parón forzoso. Después de 9 meses sanos como manzanas, se nos ocurrió aligerar el botiquín que rellené con las enseñanzas de mi amiga Boticaria García y desde entonces, nos hemos puesto malos todos y hasta nos hemos lesionado. 10 días en India han servido para que Guille y yo voláramos con fiebre a Egipto y llevemos 7 días prácticamente en boxes. Dos días completos sin salir del alojamiento, cancelación de excursiones y mucho suero… Quién nos iba a decir que nuestra primera casa de intercambio con HomeExchange nos haya servido más para recuperarnos que para recorrer la ciudad.
Estando aquí parada, he pensado mucho en lo que nos mueve a elegir un destino sobre otro. A nosotros, la lotería de los vuelos baratos o de cuánto cuesta la vista en el destino nos condiciona mucho pero he de reconocer que, en estos 9 meses, mis criterios sobre qué define si un destino es accesible o no han cambiado mucho. Porque hay mucho más que analizar que el presupuesto necesario.
Y ahí que te cuento: cierra los ojos y visualiza tu destino soñado. Ahí está. Playa, montaña, descanso, aventura, buceo, trekkings, cultura, paisajes. Cada uno tenemos el nuestro. ¡Ay, y justo he encontrado un vuelo estupendo!! ¡¡¡¡Comprar, comprar!!!!
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ALTO!!!!!!!!!!!!!
Que luego vienen los sustos.
Muchas veces, vuelos baratos son sinónimo de alta afluencia de turistas. Y eso quiere decir en muchas ocasiones alojamientos carísimos y precios de restaurantes disparados. Y de repente, te encuentras con que no puedes permitirte un destino para el que ya tienes el billete. París, las islas griegas, Dublín son ejemplos cercanos de destinos nada baratos para los que puedes encontrar vuelos regalados. Así que antes de lanzarte a una oferta, haz una búsqueda de alojamientos o incluso haz alguna reserva rápida con cancelación gratuita.
De hecho, una de las claves para que un destino sea accesible y fácil es el acceso a la tecnología. Por ejemplo, para el transporte. Si puedes reservar los billetes con antelación desde webs de confianza o si funcionan Uber o sus homólogos en los destinos, te quitas muchísimos quebraderos de cabeza en destinos por ejemplo, como el Sudeste Asiático. Viajar por Vietnam, Tailandia o Camboya es sencillísimo porque prácticamente todos los desplazamientos se pueden reservar previamente y porque Grab te ahorra el desagradable regateo con los taxistas que a mi me amargan mucho. Igual con los alojamientos, tienes muchas páginas donde reservar para todos los precios. Filipinas, por el contrario, no tiene la misma expansión tecnológica y los desplazamientos entre las 6000 islas son arduos.
Hay gente que prefiere ir sin reserva y negociar el precio del alojamiento in situ para ahorrarse comisiones. Hay quien se le da bien torcerle el brazo al taxista y encontrar acuerdos justos. Pero incluso en esos casos, conviene darle un ojo al precio que ofrece la aplicación primero para saber por dónde te andas.
Por supuesto, un transporte público de calidad te ahorra mucho dinero y complicaciones. Siendo destinos caros, moverse por Japón es como si fueras en alfombra mágica mientras que en Australia, ves tu vida pasar en el infinito kilometraje de las carreteras (mientras oyes la caja registradora de la gasolinera)La comida sería el siguiente punto para decidir si un viaje es accesible o no. Disfrutar comiendo es uno de los mayores placeres de un viaje y de un país. Si no te gusta la comida de un lugar, tu paso va a ser menos agradable.
Y eso es casi más importante que si es caro o barato comer. Porque la magia de los supermercados y de las tiendas de conveniencia (7eleven, CircleK, Minimart) ayudan a rebajar el presupuesto en comida en la gran mayoría de los países. Incluso si no te gusta la comida, siempre puedes comer pan de molde con cosas (cuidado en Japón, que venden unos sandwiches malísimos jajajajaja. Mejor comer otros platos) Si puedes, en destinos caros, mira que haya microondas en la habitación o en los espacios comunes del alojamiento.
Hazte un favor y no lleves mucho equipaje. Cargar con una mochila/maleta muy pesada es una tortura. Y no hay nada más absurdo que pagar por facturar ropa sucia. Entiendo que os encante cambiar de modelo todos los días pero de verdad, se puede repetir outfit e incluso lavar ropa. Te ayudará a disfrutar más del camino.
Hazte otro favor y si tienes India en tu lista de deseos, dale una pensada. Es la tercera vez que voy y siendo un destino muy bonito y con una cultura fascinante, la experiencia es tan complicada que no se puede ir a la ligera. O vas con un tour y no te preocupas de nada (que le quita parte de la gracia para mí) o espérate a que tu bagaje como viajero/a por libre sea amplio. No vayas de primerizo/a porque igual no quieres volver a salir de Europa y sería una pena.
Pero desde luego, después de que India me haya dejado KO dos veces en 10 días, poder recuperarme en una casa está siendo un regalo. No se si es cosa del destino o qué porque estuvimos a punto de hacer intercambio en Bangkok, en Tokyo y en Manila pero por distintas circunstancias, no salió. Y en un sitio tan raro como El Cairo, haber encontrado una casa estupenda justo cuando estamos necesitados de descanso y hogar, está siendo alucinante.
Nuestro anfitrión Justus ha sido una maravilla. Nos permitió llegar una noche antes, aunque él estaba aún en casa, porque nosotros adelantamos el avión de llegada. Y no solo eso sino que nos esperó con la cena hecha, de especialidades egipcias (y eso que él estaba ayunando) y con golosinas para los niños. Nos dejó comida en la nevera, las claves de Netflix y de Disney+ y toda una lista de recomendaciones locales, de la zona, de los alrededores y del propio Cairo. De verdad, un lujo. No puedo enseñaros fotos de la casa porque no ha querido que las publiquemos pero era chulísima.
Cuando nos fuimos, además de dejar limpia y recogida la casa, le dejamos hecha una tortilla de patata, que le ha debido gustar porque lo ha mencionado en el comentario que ha hecho de nosotros en HomeExchange. Es muy importante evaluar al anfitrión y al visitante para que la red de confianza crezca.
Porque vayas a donde vayas, si puedes volver a un buen refugio después del pateo, lo vas a agradecer. Y desde luego, con HomeExchange tienes acceso a la experiencia en tooooodo el mundo.
Te cuento cómo se hace:
Lo primero es registrarte en HomeExchange y completar tu perfil al 100%. Si lo haces desde este enlace, además de los Guest Points que te dan de bienvenida, a tí y a mi nos darán puntitos extra!!!
Los GuestPoints molan porque te permiten hacer estancias sin intercambio recíproco. Nosotros estamos en El Cairo en casa de Justus gracias a estos puntos porque nuestra casa de Madrid está ocupada ahora mismo. Regístrate y danos más puntos a todos para seguir viajando, porfaaaaa
Aprovecha tu perfil para contar un poco cómo eres, cómo es tu familia, qué os interesa o qué os gusta visitar. Ten en cuenta que HomeExchange es una red de confianza y a todos nos gusta saber un poco más unos de otros
También tienes que registrar tu casa, con fotitos bonitas y una descripción de la zona y de los espacios. Esta es la nuestra, por si quieres cotillear :p
Verifica tu cuenta: no es que sea imprescindible tener el badge pero, lo mismo, genera confianza.
Y ya, pues hay que ponerse a buscar. No te engaño, hay que mandar muuuuuuuchos mensajes. Nosotros estuvimos cerca varias veces pero esta ha sido la primera que funciona. Y quizá ha sido la mejor porque nos hacía mucha falta.
Ya no os entretengo más. Espero escribiros próximamente sobre un tema que me ronda la cabeza después de esta publicación en Instagram, sobre lo que nos remueve en los viajes. Porque es fácil saber lo que nos deja sin aliento, lo que nos enamora y lo que nos fascina pero es menos fácil reconocer las cosas que nos cuestionan, nos incomodan o nos generan incertidumbre o nos mueven a la reflexión. Y eso os quiero contar.
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Un besazo enorme. Ya nos quedan solo 40 días para volver